Nací y crecí en Choachí, un pequeño pueblo rodeado de montañas y naturaleza. Allí pasé toda mi infancia y juventud, cursando mi educación básica en el mismo colegio y disfrutando de una vida tranquila, sencilla y llena de momentos felices.

Siempre me he considerado una persona serena y conectada con la naturaleza. El verde, los animales y la calma del campo son mi refugio, mi “lugar seguro”. Conozco de cerca la vida rural y valoro profundamente la nobleza y el esfuerzo que la acompañan.

Sin embargo, desde que tengo memoria, la moda y la estética han ocupado un lugar importante en mi vida. He aprendido a moverme entre dos mundos: la rudeza del campo y la sofisticación del diseño, una dualidad que no veo como contradicción, sino como una fortaleza. En esa mezcla encuentro mi identidad: la sencillez de las raíces y la elegancia de la creación.